Las Aventuras de Juancito el Fumigador
- jorgepollon69
- 29 dic 2017
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 7 ago 2020

Juan era un pibe medio autista que vivía en Quilmes, y ejercía el oficio de Fumigador de Galpones.
Un buen día, luego de despertarse y tomar su leche Sancor vencida, recibió un llamado del Electropelado, quien le decía que precisaba una fumigación urgente en su laboratorio. Luego de cinco largas horas fumigando los soretes del Profesor X, llegó a terminar su trabajo.
Decidió tomarse un remis para volver, el cual era conducido por un miembro de La Cámpora. Media hora pasada en la ruta, el conductor se quita la máscara y revela que es el señor que aparece en todos los potes de Serenito, y le dijo.
-Ahora estás secuestrado. Te vamos a hacer cereales para después ponerte arriba de nuestros Serenitos.
Fue llevado a la fábrica, donde lo encadenaron y metieron adentro de una garrafa de gas y, manteniéndolo adentro, lo trasladaron a la moledora. Pero, justo antes de ser molido y convertido en cereales, empezó a escuchar golpes, y la música de Mario Bros. sonando.
De la nada su garrafa fue abierta, y pudo ver por fin la luz del eclipse; las Tortugas Ninja lo acababan de salvar.
Al salir del laboratorio del malvado nene Serenito, se encontró con que estaba en Ciudad Gótica.
Fue a una carnicería porque se acordó de que su mamá le había pedido que comprara medallones de pollo, en donde El Pingüino le preguntó:
-¿Qué se le ofrece el día de hoy, Juancito?
A lo que nuestro protagonista respondió:
-Quiero unos medallones de pollo.
Mientras se estaba yendo de la carnicería, se percató de que, dentro de la bolsa donde llevaba la comida, estaba el Omnitrix del Pibe 10, el cual utilizó para transformarse en un avión de Aerolíneas Argentinas, así puedo llegar a tiempo a su casa para la hora de la cena.
Y todos comieron medallones de pollo, felices para siempre.
Culo.
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